Las drogas y la estulticia.
Drogas alucinógenas, sustancias psicotrópicas, sustancias adictivas... Abreviemos y llamémosles drogas. Sin más. Para entendernos con facilidad. Bien merecen un artículo en este blog.
Estas sustancias siempre las ha habido: alcohol, opio, cannabis, LSD, cocaína, hongos alucinógenos, pastillas de todo tipo...
El "problema de la droga" lleva encima de la mesa más de un siglo. Más o menos desde que algún sabio decidió que era conveniente ilegalizar la producción, la venta y el consumo de la mayoría de estas sustancias. Gracias a la ilegalización, donde antes había un problema ahora hay un "problemón". Ya se vio en el tiempo de la ley seca en Estados Unidos.
Y es que, por un lado, la prohibición, per se, hace más "atractivo" el consumo de estas drogas. Por otro lado, genera, ipso facto, el nacimiento de mafias que se encargan de suministrar este tipo de mercancías a quien lo desee o lo "necesite". A renglón seguido, es imposible controlar la calidad de la sustancia que se venden.
Y nos encontramos con que los gobiernos gastan una gran cantidad de esfuerzo, tiempo y dinero en perseguir algo que nunca van a conseguir atajar. Fuerzas de seguridad y administración de justicia pierden el tiempo haciendo el tonto. A veces incluso el ejército interviene. Tal es el poder de las mafias.
Analicemos brevemente los actores de este circo :
Consumidores: son los infelices que se dejan atraer por el consumo de estas sustancias. Son gentes incapaces de ser felices sin "colocarse". Incapaces de ver que a la vida no le hace falta tomar nada "extra" para disfrutarla. Si, además, les prohíbes alguna sustancia, la encuentran todavía más atractiva. Qué pobres desgraciados. Qué tontos. Pobrecitos...
(He de decir que yo también tomé algo de marihuana y de hachís en mis años mozos. Apenas unos cuantos porros con los amigotes. Cosas de juventud. Por supuesto, nunca estuve "enganchado". Lo dejé pronto porque me sentaba mal a los pulmones y porque me parecía una tontería. Como también dejé pronto el alcohol y el tabaco. Nadie es perfecto. Ni yo tampoco, por supuesto. Pero muchas veces equivocarse es la mejor forma de aprender.)
Traficantes: Venden lo que haga falta. El mundo es así. Pero si prohíbes algo, entonces serán ellos los únicos que venderán lo que se ha prohibido. Negocio seguro. Han llegado a tener tanta fuerza y poder, que incluso combaten a los ejércitos de algunos países. Tienen más dinero que muchos gobiernos del mundo. Los diferentes grupos se matan entre sí por el control del mercado. Hay países destrozados por estas luchas entre mafias. Méjico es un buen y triste ejemplo.
Gobiernos: son, una vez más, el paradigma de la estupidez. Prohíben la droga porque es "perjudicial para la salud pública". Como si la contaminación atmosférica no lo fuera. Como si los productos químicos que se usan en la alimentación y en la industria en general no lo fueran. Como si los medicamentos que se venden en las farmacias, en determinadas dosis, no fueran letales (otro día hablaré de los cientos de miles de personas que cada año mueren por tomar medicina "legales", incluso tomándolas a dosis "recomendadas médicamente").
Sigo con los gobiernos, porque todavía tengo más caña para ellos: Como si las armas que fabrican y venden por todo el mundo fueran "buenas para la salud". Como si el hambre y las injusticias sociales que no son capaces de solucionar fueran "buenas para la salud"... ¿Hipocresía? ¿Ignorancia?... Estulticia es quizá la mejor palabra.
Yo sé que no existe el mundo perfecto. Y que la legalización no va a solucionar este problema ni siquiera al 50%. Siempre habrá infelices que necesiten buscar un alucinógeno para sentirse bien. Pero con la droga legalizada y vendida en farmacias o estancos, seguro que pasarán estas cosas:
- perderá gran parte de su atractivo, de su erótica, de su mito;
- las mafias desaparecerán;
- se controlará mejor la calidad de las sustancias;
- el estado obtendrá beneficios, por la venta y por los eventuales impuestos que podrían gravar su venta; (ojo: su precio ha de ser barato, para que ninguna mafia pueda ofrecerlo a mejor precio. A tal efecto, el estado podría perfectamente cultivar y producir esta sustancias);
- las fuerzas de seguridad y la administración de justicia dejarán de perder el tiempo, el esfuerzo y el dinero en esta tarea tan absurda y podrán dedicarse a otros menesteres.
Poco más que decir. Como funcionario de la administración de justicia he presenciado de primera mano el estúpido espectáculo de ver todo esto muy de cerca. El esfuerzo de la policía, del ministerio fiscal, de los funcionarios de justicia y de prisiones, para perseguir, juzgar y condenar a la cárcel a un individuo por detentar 15 o 20 gramos de marihuana. Por mucho que se coja, se cuelan 10 veces más. Seguro. Eso sí, los que venden armas están en sus mansiones de Marbella o de Miami. Porque vender armas y hacer la guerra es legal. Pero vender una hierba es ilegal... Qué mundo...
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