No molesten, por favor...

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lunes, 25 de julio de 2016

  "LA PROPIEDAD PRIVADA ES UN ROBO"

   Tengo previsto analizar una serie de temas que ya en alguna ocasión he tratado en alguno de mis blogs. Pero en esta ocasión lo haré tema a tema y añadiendo algunos detalles olvidados en anteriores exposiciones. 

  Ya he pensado en algunos títulos: "Las fronteras son una línea imaginaria", "El dinero no es más que un papel", "Los dioses sólo existen en la imaginación"... Como puede observarse, todos van muy en mi línea de pensamiento. Nunca he ocultado que soy un "antisistema"... Pero también me gustaría escribir unas "Reflexiones en torno a la sexualidad" y un "Sobre la tauromaquia y otras tradiciones sangrantes... y sangrientas".

  Empezaré con un artículo al que titularé usando una célebre máxima anarquista: "La propiedad privada es un robo". Es cierto que podríamos usar también la palabra "hurto"; pero decidir qué palabra es más adecuada me llevaría una argumentación muy larga. Me inclino por la palabra "robo", porque es la usada tradicionalmente en el aforismo anarquista y porque entiendo que con frecuencia se ejerce algún tipo de violencia para perpetuar según qué derechos de propiedad. Sé que es un asunto difícil. Pero pido al lector que no se "asuste" y que trate de entender la argumentación que voy a hacer. He de hacer, no obstante, algunas consideraciones previas. Veámoslas. 

  De entrada hay que advertir que esta idea es sólo una más de entre las que son necesarias si se quiere alcanzar alguna vez una sociedad más libre y más justa. Y ya sé, de antemano y sin que nadie me lo diga, que no es posible un  mundo perfecto. Ni existe ni existirá. Ni falta que hace. Y sé que una sociedad nueva como la que propongo requiere una fase de transformación que duraría siglos... Pero, como reza el proverbio chino, "hasta el camino más largo comienza con un solo paso". No estaría de más que empezáramos por dar algún paso y elimináramos algunas ideas erróneas de nuestras mentes. (La otra opción es creérnoslo todo y no cambiar nada, ni a nivel teórico ni práctico. Y así "terminamos antes". Que cada cual elija la opción que prefiera).

   Como ya he dicho en alguna ocasión, escribiendo estos artículos yo no gano nada. Como mucho, ocupo mi tiempo haciendo algo que me gusta como es escribir. Y cumplo con lo que yo considero un deber moral de tratar de coadyuvar a un mundo mejor. Admito que todavía tengo fe en un mundo mejor basado en el triunfo de la razón sobre el miedo. Porque, amigo lector, estoy convencido de que el miedo (en sus múltiples formas) es el causante de casi todos los males.

  Sé que soy un "antisistema", en el sentido de que aspiro a cambiarlo. Pero siempre sueño con hacerlo pacíficamente y usando como única "arma" el diálogo y la razón. En este sentido, he de decir que mi hoja de antecedentes penales está limpia. Nunca he contravenido ningún artículo de ningún  código penal. Pago mis impuestos (y, además, debo decir que lo hago gustoso). Me voy a dormir a las 10 de la noche. No falto nunca al trabajo. No bebo alcohol ni tomo drogas de ningún tipo. Pero afirmo que la propiedad privada es un robo. Sí, un robo. Empezando con la propiedad que yo mismo pueda tener.

   Aclaro alguna cosa más para dejar claro que no tengo interés partidista alguno. Yo no estoy afiliado a ningún partido político ni a ningún sindicato. No suelo votar en las elecciones (sólo he votado 3 veces en mi vida y casi me arrepiento de haberlo hecho). Es evidente que yo no votaría a partidos conservadores. Pero es que los partidos tradicionales de la izquierda me parecen trasnochados en su simbología y conservadores en sus programas. Voy a tratar de explicar esta afirmación con algún detalle.

    Con lo anterior quiero decir que una sociedad nueva no puede construirse usando símbolos que huelen a enfrentamiento, a guerra, a revoluciones violentas, a dictaduras totalitarias del pasado, a atrocidades cometidas "en nombre del pueblo". Una "sociedad nueva" sólo se puede construir con símbolos pacíficos y democráticos, y usando como únicas armas la razón y el dialogo. El camino así será mucho más largo. Cierto. Pero es que no hay otra manera. De verdad que así lo creo.

    Y en cuanto a los programas de estos partidos, ningún partido "progresista" plantea nada realmente alternativo. Se limitan a prometer que habrá subsidios para los más desfavorecidos. No ponen en tela de juicio casi ninguna de las bases del sistema. Aceptan como válidas instituciones como el dinero, la propiedad privada, la competitividad, el crecimiento continuo, las patrias, la fabricación de armamento... Algunos incluso todavía aceptan creer en dioses. Supongo que, para ganar votos, no quieren asustar a nadie y, para eso, prometen que todo seguirá igual. Ni siquiera se atreverían a nacionalizar la banca. Bien es cierto que los grandes cambios sociales han de hacerse poco a poco. Pero es que lo que proponen estos partidos "progres" es estancarse de por vida ¿Acaso esperan que gente como yo les votemos? Con su postura ultramoderada ganarán más votos. Pero también habrá votos que perderán. Dejémoslo ahí.


   Por eso ya va siendo hora de que se desmonten ciertas "verdades" intocables. Que se desmonten a nivel teórico y dialéctico. Pero que se desmonten de una vez y para siempre. Si no se hace así, no podremos avanzar. Ni existe ni existirá nunca una sociedad perfecta. Pero creo que estamos casi todos de acuerdo en que sí se puede avanzar hacia una sociedad más humanista y más justa. Y para eso, créanme, hay que tener claro que, siguiendo a Proudhon, "la propiedad privada es un robo".

   ¿Por qué existe la propiedad privada? Como casi cualquier otra creación humana, esto también tiene una explicación psicológica. El origen, como casi siempre, está en el miedo y en la "prevención de males futuros". Alguien pensó en algún momento que, guardando para sí ciertos bienes, podría afrontar mejor la difícil tarea de la supervivencia. Los que estaban alrededor de ese alguien pensaron que ellos también querían tener cosas para sí cosas que sólo ellos pudieran usar y que nadie más tocara. Todos pensaron que la tarea de la supervivencia podrían afrontarla mejor de esa manera.

     A partir de ahí, las leyes de los distintas entidades políticas fueron recogiendo el derecho de propiedad como una de los grandes "derechos naturales", junto con el derecho a la vida, a la libertad, al bienestar... Haré aquí un breve inciso porque es curioso advertir cómo de entre todos los derechos fundamentales propios del "derecho natural", el de propiedad ha sido siempre, con diferencia, el más protegido de todos. Basta con pensar un poco y recordar la cantidad de veces que los gobiernos y autoridades han violentado el derecho a la vida (penas de muerte, guerras...), el derecho a la libertad (esclavitud), el derecho al bienestar (injusticias sociales, abusos cometidos por los poderosos). Pero el derecho a la propiedad privada -salvo en los casos de expropiación para obra pública- apenas se ha visto afectado nunca.

   Siguiendo con mi exposición, el derecho de propiedad se recoge ya en los códigos legislativos de la antigüedad de todas las culturas. La constituciones liberales de los siglos XVII, XVIII y XIX hacen especial hincapié en este asunto. Lo mismo hacen los grandes "filósofos del Derecho" (la lista de estos filósofos sería interminable; mencionaré sólo, como paradigma de todos ellos, a John Locke). Se instauran los registros de la propiedad, las notarías... y los tribunales de justicia, que estarán encargados de resolver los -innumerables- litigios que irán surgiendo en relación a la defensa del sacrosanto derecho de propiedad. Naturalmente, las "fuerzas del orden" velarán en todo momento por la  protección de este derecho tan esencial.

   Pero, si tal y como yo afirmo, la propiedad privada es un robo, ¿a quién se le roba? ¿Quién es el perjudicado con ese presunto robo? La respuesta es que se le roba a la colectividad, al resto de la humanidad. Me atrevería incluso a afirmar que es un robo a la razón y a la posibilidad de un mundo que no se rija por el miedo sino por el acuerdo y el consenso. Para ello veamos algún ejemplo sencillo y cotidiano.

   La vigente legislación española establece que la propiedad de las playas es pública. Sin perjuicio de que se haya admitido alguna playa privada, en general esto se cumple. Gracias a eso, todos los ciudadanos pueden disfrutar de su uso. Imaginemos que las playas pudieran ser de propiedad privada. En ese caso, un puñado de millonarios adquirirían la propiedad de las playas del país y sólo podrían usarlas ellos o bien aquellas personas que estos propietarios decidieran, normalmente previo pago de una cantidad. Y esto no es ciencia ficción. Creo que casi todo el mundo sabe que existen países donde gran parte de las playas son privadas. E incluso existen islas (sobre todo en el Caribe y en  la Polinesia, pero también en España) que son propiedad privada, normalmente de algún millonario. ¿Esto no es un robo a la colectividad...? ¿O qué nombre le ponemos?


  Muchos partidos de "izquierda" han defendido tradicionalmente que la solución a este tema es el reparto justo de la propiedad. Así, por ejemplo, en el caso típico de un pueblo donde un terrateniente fuera el dueño de casi todas las tierras del lugar, se proponía como solución (y a veces se llevó a cabo) que este "gran propietario" fuese expropiado y que sus tierras se repartiesen entre los jornaleros de la zona. Naturalmente, esta nueva situación es más "justa" que la anterior. Pero, en mi opinión, esta es un solución que sólo sirve para perpetuar el sistema. Porque entonces aceptaríamos que la propiedad privada es una institución necesaria y porque los nuevos propietarios más pronto que tarde aspirarían a aumentar su hacienda. Y siempre lo harían a costa de los demás. Estaríamos de nuevo en el punto de partida que pretendíamos evitar.

    Algunos alegarían ahora: "... es que es imposible un mundo sin propiedad privada..."; o bien "es que  yo necesito y quiero tener mi propia casa, mi propio coche, mis propias cosas...". Bien. Es normal que la gente argumente en este sentido. Yo sé que es difícil hacer cambiar de opinión a una sola  persona (¡¡¡ cuánto más costaría hacer cambiar de opinión a toda la humanidad!!!) en casi cualquier tema; y mucho más en un tema como este. Es difícil -y podría llegar a ser agotador- rebatir una idea que se sustenta en decenas de miles de años de tradición ideológica y jurídica. Pero, créanme, un mundo sin propiedad privada es posible. Hay cosas que son imposibles: ir andando a la Luna, evitar un terremoto, evitar que el sol brille... Pero un mundo sin propiedad es factible. Y necesario. 

   Y créanme, tendría muchas ventajas. No tendríamos que estar siempre preocupados con que nos pudieran robar o hurtar nuestros bienes. Eliminaríamos un montón de miedos y obsesiones. Nos limitaríamos a usar y disfrutar de las cosas. Nuestra única obligación sería darles un trato adecuado para que, en su momento, otros pudieran también usarlas. Las instituciones públicas serían las titulares de los bienes de la Tierra. Para su uso entre los individuos se establecerían normas. Sé que esto es muy complejo y muy difícil de poner en práctica. Sobre todo porque la gente no está preparada para comprender esto. Se requeriría un periodo de transición de décadas o incluso de siglos. Pero hay ejemplos en el día a día que nos pueden servir de guía. 

  Un mundo sin notarios, sin registradores, un mundo donde se eliminarían el 90% de los pleitos judiciales... Un mundo sin peleas familiares por la herencia, sin peleas de vecinos por un centímetro de tierra... ¿de verdad sería tan terrible un mundo así...? ¿A qué tenemos miedo?

   Han existido y existen sociedades donde la titularidad de los bienes corresponde a la colectividad. Los primeros cristianos lo hacían. Los kibutz israelíes de los años 50 y 60 recogían también principios de propiedad colectiva en su funcionamiento. Incluso en el día a día de casi todas las familias del mundo, los enseres de la casa son "propiedad de todos". ¿Acaso es mejor determinar la propiedad de cada plato?

  Igualmente, en tribus  "no civilizadas " (¡pobrecitos...!) de África y otros continentes las viviendas son de todos. Para usarlas, establecen un reparto: "tú usarás esta, tú aquella otra". Cuando salen a cazar, van todos juntos. Lo que cacen, es de todos. ¿Acaso sería mejor -y más "civilizado"- que a la hora de buscar el sustento cada uno fuera por su lado, y cada cual se comiera lo que cazara...?¿O que las casas tuvieran un dueño que constara anotado en un registro de la propiedad? Eso es lo que hacemos en las sociedades "civilizadas". Y basta con observar la cantidad de aberraciones e injusticias que ha provocado para concluir que lo que hacemos nosotros es un atraso. 

    El mejor ejemplo para comprender esto es el de la bibliotecas públicas. En efecto, los libros que hay en una biblioteca pública pertenecen a la colectividad (representada por un ayuntamiento o por una entidad estatal; eso da igual). Todos los ciudadanos tienen derecho a usar, retirar y leer los libros que hay en las estanterías. Todo según un reglamento de funcionamiento que corrija eventuales abusos. ¿No es esto un sistema más racional, más ecológico y más sensato que la idea de que para leer un libro hay que comprarlo, ser dueño de él y guardarlo en casa para que nadie más lo lea? (Téngase en cuenta que, si lo prestamos, nos lo podrían robar...)


  De nuevo, algunos argumentarán algo así como que "...pero es que, entonces, caería la industria del libro y se perderían muchos puestos de trabajo...". Claro. Es que para que un mundo sin propiedad fuera viable, tendrían que cambiar muchísimas cosas más. De hecho, tendría que cambiar casi todo. Habría que repartir el trabajo, dar otro sentido al dinero, establecer el decrecimiento como base del funcionamiento de la economía, eliminar la idea de competitividad y sustituirla por la de cooperación, etc, etc... ¿Un mundo imposible? No, repito que lo que es imposible es ir andando a la Luna...

   Añado unas líneas sobre la empresa privada y la "iniciativa privada" en la economía. Ello incluye hospitales privados y centros educativos privados. Yo creo que nadie ignora que el objetivo principal -cuando no único- de estas empresas es conseguir el beneficio individual y particular de sus dueños. Y ello a costa de lo que sea. A costa del interés general e incluso a costa del medio ambiente. Pese a ello, lamentablemente, la gran mayoría de la población (incluyendo ahí a los que no tienen  nada) está tan adoctrinada en favor del liberalismo económico que les parece normal y hasta aconsejable que la empresa privada sea la base de la actividad económica de un país. Aunque sea a costa de sus propios intereses. Ahí lo dejo.