No molesten, por favor...

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lunes, 1 de mayo de 2017

   SOBRE EL "PRIMERO DE MAYO"

   Hoy es el día 1 de mayo. Lo podemos poner en mayúsculas y decir que el Primero de Mayo es el  Día Internacional del Trabajo en casi todo el mundo. Ni que decir tiene que me sumo al carácter reivindicativo de las peticiones para la mejora de las condiciones laborales y de vida  de los trabajadores de todo el mundo. Por supuesto. Entre otras razones, porque para la gran mayoría de los trabajadores del mundo, su único derecho es que hoy sea fiesta. Y algunos no tiene ni eso. Pero dicho esto, he de añadir algo más. 

    Es evidente que las ideologías tradicionales no sirven para avanzar hacia un mundo mejor. Ni siquiera las que se autodenominan "de izquierdas". Es como si la ceguera se hubiera apoderado de todo el planeta. Hasta la izquierda defiende lo mismo que la derecha. La consecuencia es la perpetuación de la esclavitud y del esclavismo. Y no sólo entre la clase trabajadora. También los "autónomos" son esclavos. E incluso los empresarios son esclavos de un sistema que les obliga a estar siempre compitiendo contra todos los demás. 


  En efecto, nadie pone en tela de juicio nada: Todos dicen sí al nacionalismo, a las fronteras, al armamentismo. Todos dicen sí a la competitividad, a la propiedad privada, al dinero como instrumento imprescindible en las relaciones sociales. Todos dicen sí al individualismo y al triunfo personal . Todos dicen sí al crecimiento continuo, a la producción sin límite, al más, más y siempre más. Como mucho, los partidos más "progres" defienden que se den subvenciones (siempre en dinero) a los más desfavorecidos. Pero no se pone en tela de juicio nada. 

     El resultado es el que vemos a diario en los noticieros: miseria, esclavitud y atrocidades aquí y allí. Sólo la obra de los poetas y de los artistas y la belleza que la naturaleza nos ofrece impiden que la sensibilidad se suicide. La inteligencia colectiva está en el cubo de la basura. La razón y el raciocinio han sido  fusiladas en el paredón  de la ignominia. La necedad y la estulticia al poder. Y así, hasta que todo reviente. El día de Navidad se celebra una fiesta y el día 1 de mayo otra. Y aquí no ha pasado nada.

    El que estas líneas suscribe tiene muchos defectos. Pero tiene al menos una virtud: la del optimismo. En efecto, ya hace décadas que nuevos movimientos sociales y éticos sientan las bases de un mundo nuevo. Apenas se notan, pero están ahí. Y triunfarán. Porque una de las principales razones que animan a luchar por la existencia es tener claro que la razón vencerá a la ceguera y que la belleza vencerá a la crueldad. Un mundo en el que frente a la fuerza se usa la razón, frente a la ignorancia se opone el conocimiento y en el que frente a las  fronteras se coloca la fraternidad. Un mundo donde todos saben que cooperar es mejor que competir. Un mundo en el que ni siquiera se necesita el dinero, porque se sabe que en un mundo regido por la sabiduría, el dinero no es más que un papel que no sirve para nada. 

  Feliz día festivo a todos.

jueves, 6 de abril de 2017

    SOBRE LAS "LEYES DE LA GUERRA"

   En los distintos noticieros del día de hoy en España se han repetido varias veces tres noticias. Por un lado, la conmoción que ha causado el uso de armas químicas en Siria,  hasta el punto de que el Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido con carácter de urgencia. Por otro lado, el caso de un bombero de Bilbao que se ha negado a ayudar al embarque de armamento destinado a Arabia Saudita, alegando motivos morales, toda vez que él era consciente de que esas armas iban a servir para causar muertes civiles en Yemen. Finalmente, ha habido un par de menciones a la falta de ayuda a los refugiados que huyen de los conflictos de sus países de origen.

 Como es habitual en estos casos, distintas organizaciones humanitarias y de apoyo a los derechos humanos han manifestado su preocupación. Todo esto está muy bien. Pero vamos a ver si aclaramos algunas cosas, porque algunos siguen sin enterarse. 

1.- Las armas químicas matan. Y son una aberración y una salvajada. No hay duda. Pero también matan las armas convencionales. Como también es obvio que las armas nucleares también matan. De hecho, el 99% de las víctimas de los conflictos armados las causan  las armas convencionales. Sin embargo, no ha sido hasta hoy, cuando el uso de armamento químico ha causado varios decenas de muertos, cuando algunas organizaciones finalmente han hablado. Parece que los otros miles de muertos no tienen importancia. Se consideran quizá como simples "daños colaterales" de conflictos "inevitables". (¿De verdad son "inevitables"? Ese es otro tema que da para otro artículo).

2.- Las armas que se venden a Arabia Saudita matan civiles. No hay duda. Pero también matan civiles las que se venden a Filipinas, a Nigeria y a Perú. Y a todos los demás países del mundo. Y también las que se venden a grupos "insurgentes" y terroristas. Todas las armas sirven sólo para una cosa: para matar y destruir. A civiles y a no civiles. 

3.- Los refugiados necesitan ayuda. No hay duda. Pero también necesitan ayuda los millones de seres indefensos que no han podido salir de sus países y que cada día ven cómo se descargan  sobre ellos miles de proyectiles y de bombas de todo tipo. 

    Señores dirigentes de las organizaciones humanitarias, de las ONG, de las asociaciones de derechos humanos, de partidos políticos "progresistas" y no progresistas, señores periodistas, señores ciudadanos en general: A ver si abren los ojos de una vez. ¿O es que no tienen ustedes capacidad para ver más allá de sus narices? Ya está bien de hablar de las "leyes de la guerra", porque dan ganas de reír. Esas que prohíben bombardear un hospital o atacar durante la "hora de la siesta", pero que legitiman ametrallar al "enemigo", siempre que se haga de acuerdo con el articulado del convenio en vigor. Esas que prohíben usar no sé qué tipo de gas tóxico, pero que no impiden lanzar miles de misiles sobre todo tipo de seres humanos hasta masacrarlos. 

   Los convenios de Ginebra sobre prisioneros y heridos de guerra, los distintos protocolos (también de Ginebra) sobre armas químicas y todas las demás "leyes de la guerra" no son más que una estupidez propia de la estulticia del ser humano, que pone el grito en el cielo porque se ha violado tal o cual artículo, pero que ve con normalidad cómo se descargan miles de bombas sobre poblaciones inocentes, siempre y cuando se haga de acuerdo con las "leyes de la guerra"...
  
    Algunos dirán que digo tonterías. Que soy un inadaptado. Porque todo el mundo sabe que vender tres gramos de marihuana es un delito. Pero fabricar y vender armas es un negocio perfectamente legal...Y las leyes hay que respetarlas...



sábado, 21 de enero de 2017

 OBAMA, TRUMP Y EL LIBRO DE HISTORIA

  Tengo claro que la gran mayoría de los gobernantes del mundo no son más que títeres cuyos hilos son manejados por los potentados y millonarios del mundo. El invento de la democracia sólo sirve para dar apariencia de "legitimidad" a esta realidad. A fin de cuentas, los discursos populistas arrastran con facilidad a las masas y se consigue, sin ningún problema, que salgan elegidos candidatos que presentan propuestas del tipo "bajar el salario mínimo" y "eliminar seguros médicos" gracias, en gran parte, al voto entusiasta de los trabajadores peor pagados y de los desheredados más necesitados. Basta para ello con gritar cuatro medias verdades, difundir siete mentiras y hacer uso del siempre efectivo recurso del sentimiento patriótico. Todo esto, al igual que el síndrome de Estocolmo, tiene una explicación psicológica. Y tiene también una cura después de una adecuada terapia. Pero no es ese el objetivo de este artículo.

   En efecto, escribo estas líneas para dar las gracias a Barack Obama. Porque aunque él también ha sido un títere, al  menos ha intentado llevar a cabo una serie de pequeños gestos para un mundo mejor. Una sola persona no puede cambiar el mundo. Ni siquiera puede cambiar determinados aspectos de su propio país. Pero sí puede crear un ambiente positivo y realizar pequeños gestos que permitan a los pueblos avanzar en una determinada dirección. En la dirección de un mundo un poco mejor que el que él recibió. Obama ha representado el lado más amable de la política estadounidense. Hombre equilibrado, sensato, respetuoso, partidario del diálogo con las demás naciones del mundo y defensor de los derechos sociales en su país. Hombre preocupado por conseguir proteger el medio ambiente, por avanzar en la lucha contra cualquier forma de violencia y por superar prejuicios racistas. Al menos lo ha intentado. Sus logros han sido escasos, porque la oposición a sus proyectos ha sido muy, muy  fuerte, dentro y fuera de su país. 

   Quienes  me conocen saben que yo soy un antisistema. No lo puedo evitar. Por más que la palabra suene fuerte, ser un antisistema significa que lucho (usando como única herramienta la palabra y el ejemplo) por un mundo sin armas, sin guerras, sin millonarios, sin hambre, sin esclavitud, sin ataques al medio ambiente... Un mundo en el que el uso de la razón permita al ser humano prescindir de inventos tan absurdos como el dinero y la competitividad. Alcanzar algo parecido a esa sociedad ideal es, a día de hoy (y lo será durante muchos siglos), una utopía. Lo sé. Pero, como reza el dicho, todos los caminos, incluso los más largos, empiezan por un primer paso. Y Obama podía ser muy bien ese primer paso. Por eso reitero mi agradecimiento a su labor.

    Desgraciadamente, le sucede en el cargo la otra cara de la moneda, el Sr. D. Trump. En efecto, Trump representa el lado más despreciable de la clase política de su país. Ni siquiera era querido en el ultraconsevador Partido Republicano. Un  millonario excéntrico que hace gala de un discurso racista, machista, antisocial, ultranacionalista, imperialista, antiecologista... Gana las elecciones con el voto de muchos de aquéllos a los que él va a perjudicar directamente. El discurso del miedo ha vuelto a surtir efecto. El mundo es así. Los ricos se frotan las manos y se ríen. Van a ser todavía más ricos y ello a costa de la riqueza de la colectividad. Una riqueza que ya estaba bastante depauperada, pero que va a ser esquilmada todavía un poco más. Y todo ello legalmente. Es en momentos como este cuando me replanteo si algunos aspectos de la democracia deberían ser repensados...

    Dos detalles más. En primer lugar, decir que, pese a todo, al Sr. Trump hay que darle el margen de esperar hasta ver cuáles son las medidas reales que adopta a lo largo de su mandato. Por los menos hay que concederle algunos meses de "cortesía". Tengo la esperanza de que no cumpla muchas de las "amenazas" que ha prometido. Y puede que incluso adopte alguna medida sensata. Ya se verá.

  Y en segundo lugar, que quede claro que los idiotas que ayer (aprovechando las manifestaciones que tuvieron lugar a lo largo y ancho de los Estados Unidos contra el Sr. Trump ) se dedicaron a causar destrozos y  a enfrentarse a la policía, esos idiotas, repito, son el mejor aliado que tienen políticos como Trump, ya que les permite a estos políticos usar el mensaje de que cualquier postura que no sea el "orden" que ellos proponen significa apoyar el caos.  Y decir que a esos idiotas yo los detesto todavía más que al Sr, Trump. Que ya es decir. Ni con uno ni con otros iría yo a ningún sitio. Muchas veces es mejor estar solo.