No molesten, por favor...

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sábado, 26 de noviembre de 2016

   FIDEL CASTRO: ¿HÉROE O VILLANO?

   Fidel Castro ha muerto. Personaje amado y odiado por igual. Pero, indudablemente, pocos hombres han dado tanto que hablar como él. Creo que bien merece unas líneas en este humilde blog.

  Fidel Castro estuvo al frente de una revolución guerrillera que derrocó a un dictador latinoamericano. Una historia muy recurrente a lo largo del siglo XX. Poco original. Lo original hubiera sido hacer la revolución sin pegar un tiro. Pero eso era mucho pedir. Aparte de Gandhi y algún que otro visionario, en los años 50 la humanidad no concebía todavía la posibilidad de una revolución pacífica. Y es una pena. Porque la revolución pacífica será la única que, de verdad, venza y dure para siempre. 


   Fidel Castro luchó contra la injusticia social, contra la miseria, contra el analfabetismo, contra el imperialismo... Incluso (y lo añado en mi condición de convencido esperantista) se declaró públicamente defensor del esperanto. En principio, con estos ideales, alguien como yo, que he declarado abiertamente en numerosa ocasiones ser un antisistema, debería simpatizar con él.


   No creo que haya en el mundo nadie que sea más anticapitalista ni más antiimperialista que yo. Pero tampoco creo que haya nadie más pacifista ni mayor defensor del triunfo de la razón que yo. Bien es cierto que hay momentos en la vida y en la historia en los que no hay más remedio  que usar la fuerza. De lo contrario, peligra la propia supervivencia. Ejemplos han sido la guerra contra el nazismo y la actual lucha contra el Estado islámico. También sé que es muy difícil sobrevivir junto al gigante norteamericano. De acuerdo. Pero, ¿para qué envió Cuba soldados al conflicto interno angoleño? ¿Qué se les había perdido allí? ¿Acaso todas las discrepancias han de resolverse pegando tiros?

  Fidel Castro lo veía todo en términos bélicos. Siempre iba vestido de militar (salvo estos últimos años, cuando se pasó al chandal...). Para él, la justicia se conseguía luchando vestido de uniforme y metralleta en mano. Incluso cuando defendía al esperanto, lo hacía en términos bélicos: "Yo me considero un soldado del esperanto... venceréis en esta batalla..."

   Los logros sociales de la revolución cubana son innegables, sobre todo en sanidad, educación y cultura. En efecto, en países cercanos a Cuba donde nunca ha habido "regímenes comunistas" (como Guatemala, El Salvador o la República Dominicana), los índices de pobreza son mucho mayores. El que no quiera verlo, que no lo vea. Pero son datos objetivos.


  Asimismo, también son innegables las penurias de la vida cotidiana en Cuba y el daño que ha hecho el embargo. De los opositores anticastristas prefiero casi no decir nada, salvo que me parecen lobos con apariencia de ovejas, títeres del capitalismo más deleznable y enemigos auténticos de las clases más humildes y desfavorecidas. Espero que nunca alcancen el poder ni en Cuba ni en ninguna nación del mundo.

   Señor Castro: espero que usted haya sido el último defensor de ideales humanistas que haya alcanzado el poder (y se haya perpetuado en él) usando medios violentos. Porque movimientos sociopolíticos tan necesarios como el pacifismo, el ecologismo, la sociedad cooperativa (que será la alternativa  a la actual sociedad competitiva) e incluso el esperantismo se merecen un defensor más presentable.

  Eso sí, permítame que le reconozca el don de la palabra. Fue usted un gran orador. Quizá con discursos demasiado largos. Pero nada es perfecto. En todo caso, descanse en paz.